Alen Peternac: la leyenda croata que enamoró al Valladolid
En los años 90, el nombre de Alen Peternac resonaba con fuerza en el estadio José Zorrilla. El delantero croata se convirtió en un símbolo del Real Valladolid, un goleador de raza y corazón que marcó una época inolvidable para la afición blanquivioleta.
De Zagreb a Pucela: el nacimiento de un ídolo
Nacido en Zagreb en 1972, Alen Peternac comenzó su carrera en el Dinamo de su ciudad natal, donde ya despuntaba por su olfato goleador y su corpulencia. Su talento no pasó desapercibido, y pronto dio el salto al fútbol español, fichando por el Real Valladolid en 1995.
Aquel club, acostumbrado a sobrevivir con garra en la Primera División, encontró en el croata a su referencia ofensiva ideal: potente, instintivo y letal en el área. En su primera temporada, Peternac deslumbró con 23 goles en Liga, cifra que lo consagró como uno de los delanteros más temibles del campeonato.
El héroe del Pucela
El 19 de mayo de 1996 quedó grabado en la historia del Valladolid. Aquel día, Peternac firmó una actuación legendaria: cinco goles en un solo partido ante el Real Oviedo (3-5). Aquella gesta, además de sellar la permanencia del equipo, le dio un lugar eterno en la memoria de los aficionados.
Con ese póker y un tanto más, el croata se convirtió en el máximo goleador extranjero en una temporada en la historia del club y uno de los máximos artilleros croatas en España.
Un delantero de raza
Peternac no era un jugador de filigranas. Su fútbol era directo, poderoso y efectivo. Su capacidad para definir con ambas piernas, su juego aéreo y su instinto dentro del área lo convirtieron en un delantero completo.
A pesar de las lesiones que marcaron su etapa final, siempre fue ejemplo de compromiso y profesionalidad. Su entrega le ganó el cariño de una afición que aún corea su nombre como uno de los grandes de su historia reciente.
El adiós prematuro
Tras cinco temporadas en Pucela, el desgaste físico comenzó a pasar factura. Peternac probó suerte en otros clubes españoles como el Real Zaragoza y el Real Murcia, pero las lesiones no le permitieron recuperar su nivel. Se retiró joven, dejando la sensación de que su carrera pudo haber sido aún más brillante.
Un legado imborrable
Hoy, Alen Peternac sigue vinculado al mundo del fútbol y al Valladolid, donde es recordado con cariño por los aficionados. En cada aniversario, su nombre vuelve a aparecer en Zorrilla como sinónimo de entrega, humildad y gol.
Su historia es la de un jugador que, sin grandes focos mediáticos, construyó una leyenda basada en esfuerzo y talento puro.